MI PRIMERA VEZ (GUILLERMO)
Los recuerdos de mi primera campaña siguen presentes en mi memoria y no son otros que los que han ido mostrando los “nuevos” de esta campaña. Recuerdo las inquietudes, el nerviosismo, las ganas de conocer y aprender, de visitar tierras lejanas y, cómo no, del trabajo a bordo, de mi primer sondeo y de los ratos de ocio compartido con mis compañeros de aquella primera vez. También permanecen en mi memoria muchos momentos de las campañas que vinieron luego, todas diferentes, pero a la vez tan parecidas. Comparto lo manifestado por mis compañeros previamente: la sensación elástica del tiempo, la sensación de que siempre es la primera vez… La CATARINA-PALEOACID es mi primera vez como Jefe de Campaña, una distinción que debo a mis compañeros de grupo. Y como todas las primeras veces, la afrontaba con cierta inquietud por la responsabilidad que ello conlleva y porque intuía a qué me enfrentaba. En las últimas horas de campaña, toca hacer balance de cómo se ha desarrollado y mi certeza es que la experiencia no podía haber sido más positiva. No llevaré ni un solo mal recuerdo, sino todo lo contrario. |
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Hemos tenido la gran fortuna de que se reuniesen una serie de condiciones que han jugado a nuestro favor: una meteorología relativamente buena y un estado de la mar que no ha entorpecido las maniobras a pesar de las latitudes por las que hemos navegado; salvo pequeñas incidencias que se han ido resolviendo, los equipos han funcionado y hemos podido obtener datos valiosos y un número amplio de muestras. Y, cómo no, un grupo humano con una competencia, una dedicación y unas cualidades personales dignas de encomio. Todo ello ha hecho posible que los objetivos científicos que nos habíamos propuesto se hayan alcanzado con creces. La sensación de que el dinero público que ha financiado estas actividades ha sido bien empleado me produce mucha tranquilidad, como también lo hace el tener la cámara frigorífica atestada de sondeos y de muestras que van a poder sustentar nuestras investigaciones en los próximos meses e incluso años.
La consecución de los objetivos científicos y haber disfrutado de un ambiente propicio para el trabajo y también para el asueto hay que agradecérselo a todas y cada una de las personas embarcadas. Cada uno con sus funciones, todos, sin excepción, han cumplido su trabajo con profesionalidad y eficacia y he percibido que también con el entusiasmo. Todos han contribuido a que las relaciones humanas en este microcosmos hayan sido más que cordiales. Cuando uno se levanta después de haber dormido sólo unas pocas horas, tras una jornada intensa de trabajo (muchas veces a lo largo de toda la noche) y encuentra en los demás una sonrisa o una broma es como un bálsamo para el espíritu. Todos hemos compartido momentos memorables, tanto de trabajo como de ese necesario ocio que hace la vida en el barco parezca más “normal”. Como generalmente tendemos a subrayar la excepcionalidad, muchos de nuestros “festejos” han sido aludidos a lo largo de este diario. Estos momentos nos han permitido relajarnos por unos instantes, relacionarnos y conocernos mejor.
Por todo lo anterior es absolutamente ineludible y de bien nacidos dar las gracias a todos.
En primer lugar, A LA TRIPULACIÓN DEL SARMIENTO DE GAMBOA. Personalizo en Rafa, el Capitán, en los Oficiales, María y Juan Carlos, y en el Jefe de máquinas, Benjamín, mi agradecimiento y el de mis compañeros del equipo científico. No sólo habéis hecho las maniobras de navegación y de cubierta de forma precisa y eficaz, sino que habéis estado solícitos a cualquier requerimiento para hacer ajustes, reparaciones o procurarnos todo aquello que os pedíamos. Y siempre de manera solícita y amable. Sin desmerecer a los demás, permitidme hacer una alusión explícita al Contramaestre Blanco (Mister White) y a sus compañeros de trabajo en cubierta. Por las características de nuestra campaña, son con los que más nos relacionamos y los que nos dan el apoyo directo en las maniobras de muestreo. No paro de sorprenderme con la habilidad y efectividad de estas gentes para hacer su trabajo y el nuestro más seguros.
No es la primera vez que compartimos vida a bordo (y espero que no sea la última) y una vez más nos habéis hecho notar vuestra gran humanidad. Muchísimas gracias por habernos recibido de nuevo en “vuestra casa” y habernos hecho sentirla nuestra durante estos días.
El equipo de técnicos ya ha tenido su mención particular en este diario, pero debo insistir en lo agradecidos que estamos con Tito, Manu, Miquel, Javier y Alberto. Disculpad las jornadas prolongadas de maniobras y que muchas de ellas hayan sido nocturnas. Conocéis perfectamente las peculiaridades de nuestro trabajo y habéis contribuido decisivamente a que lo hayamos podido llevar a cabo. No sólo hay que agradeceros el cumplimiento de vuestras tareas. Además de la calidad con que las habéis acometido, hay que agradeceros también vuestro talante, tanto en la forma de desarrollar vuestra actividad, como en los otros momentos. Espero que os llevéis un buen recuerdo de esta campaña.
Y toca el turno de agradecimientos a los miembros del equipo científico.
Maribel, Maxim y Alberto son los 3 científicos “heredados” de la primera fase. Ha de ser duro ver cómo los compañeros con los que te has embarcado abandonan el buque para volver a sus casas y tú sigues en él y con gente que incluso no conoces. Espero que en ningún momento os hayáis sentido como “los de la otra fase”. Gracias por estar al tanto de todas las operaciones y análisis relacionados con la roseta y por haber participado junto al resto de todas las demás actividades.
A los “novatos”, Andrés, Lucía, Eira y Vero, muchas gracias por vuestra colaboración. Os tenéis que sentir orgullosos de haber hecho un trabajo excelente. De manera muy rápida habéis cogido la dinámica de trabajo, siempre habéis estado dispuestos a echar una mano en todo lo que se os requería y en numerosas ocasiones habéis tenido la iniciativa para llevar a cabo diversas tareas sin que ninguno de los veteranos os lo reclamáramos. Ver cómo habéis funcionado renueva y refuerza la vocación docente y nos da pie a pensar que a lo mejor parte del trabajo que hacemos algunos de nosotros sirve para algo.
Anxo ha sido el contramaestre del equipo científico. Lo mismo hace una maniobra en cubierta, que abre un testigo, que lo muestrea o que lo pasa por el escáner… o que monta un chiringuito en la popa (A Taberna do Core). Sabes lo que valoro tu capacidad y tu persona. Muchas gracias por todo el esfuerzo y el entusiasmo que has derrochado en esta campaña.
Y qué voy a decir de Ferran, un tipo con 50 campañas a sus espaldas… Contar con tu experiencia es impagable. Nos conocimos en una campaña hace unos pocos de años (que también se pueden contar por lustros) y luego hemos ido coincidiendo en otros eventos científicos y en otras campañas. Tengo para mi que desde el primer momento nos entendimos bien. Gracias por responsabilizarte de las sondas, por tus conversaciones y por las risas que nos hemos echado.
Y como no podía ser de otra manera, un agradecimiento muy especial a mis compañeros del alma: Michel, Marta e Irene. Cuando uno tiene que embarcarse y alejarse momentáneamente de sus seres más queridos es muy reconfortante hacerlo con gente tan querida y tan próxima como vosotros. Gracias por no haber dudado ni un solo instante en renunciar a parte de vuestras vacaciones para participar en esta campaña en la que os habéis comprometido hasta “las cachas”. No voy a detallar el inmenso trabajo que habéis realizado ni lo especialmente valioso desde el punto de vista profesional de las tareas de las que os habéis responsabilizado. Y gracias por ser como sois y por estar ahí.
Esto llega a su fin. Reitero los agradecimientos a todos los citados y a los que se han quedado en tierra y que también, de una manera u otra, están involucrados en este proyecto y en esta campaña.
Que todos disfrutéis de unos días de descanso merecido y…
HASTA LA PRÓXIMA
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