MI PRIMERA VEZ (ANDRÉS)
Con el título de "Mi primera vez" iremos incluyendo entradas con los comentarios, testimonios, impresiones, etc. de los científicos marinos más jóvenes, para los cuales esta campaña es su primera experiencia de este tipo.
Hoy es Andrés el que inaugura este apartado.
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Día 10 en el barco. Sigo vivo, que no es poco, mis premoniciones sobre mi primera aventura trasatlántica se cumplieron, menos mal que solo fueron los dos primeros días. Los recuerdo con amargura, mi estómago no hacia digestio-nes, simplemente centrifugaba, recordaba a mi amigo Chema “come pan, estómago siempre lleno”. Por no hablar de los mareos, llegar a mi camarote en busca de esos minutos salvadores en los que estaba tumbado se convertía en el mayor reto de mi vida. Gracias Biodramina. Alcanzado el equilibrio, volví a ser persona, pudiendo disfrutar de esta experiencia que tantas ganas tenía de vivir, es que se trata de mi primera campaña científica y eso es algo especial, no obstante, no vi tanto “fango” junto en mi vida, fango por aquí, fango por allá. Banda sonora, Fangoria. |
Nos encontramos en el meridiano de esta campaña de 20 días, balance hasta el momento: positivo, si menospreciamos esos primeros días que he comentado.
A pesar de lo mucho que trabajamos, existen momentos de relajación y disfrute, pocos, ¿ironía?
El hangar; aquí tienen lugar la mayoría de las reuniones. Son como un bazar chino, te encuentras de todo, desde reuniones de AA hasta la elaboración de todo tipo de abalorios, guiados por el maestro Juancho; pasando por el improvisado taller de alfarería (será por barro), como bien decía uno de los muchos turcos que hay en el barco, Jose el de máquinas, “esto parece la película de Ghost”; sin olvidarnos, también, de las exhibiciones de pin-pon. Por cierto, Aupa Celta!!!!!!
Cuando no estamos en el hangar, estamos en la sala del sofá verde (en el que, recordemos, no se puede dormir) disfrutando de una buena película, o no.
En el momento que Guillermo me dijo que escribiese una entrada, lo primero que pensé fue “vaya marrón, a ver que escribo” y me estoy dando cuenta de que me enrollo más que el cable de los auriculares, así que creo que daré por finalizada mi incursión literaria, sin antes decir que mañana día 3 de agosto cumplo un cuarto de siglo (con Michel a bordo nunca digas “cinco”) y debo reconocer que tengo miedo de lo que pueda suceder.
PD: que sigan saliendo testigos como los que nos están saliendo, me gusta ver la cara de “póker” que ponemos algunos, y es que no paramos de sorprendernos con lo que estamos viendo. ¿Una esponja?
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