QUE MAR TAN SALADA
FASE 1: A MUESTREAR. Alberto, el “Grande”, ahora no está de “Miranda”, sino currando. Fíjense con qué destreza la mete en el grifo para obtener el preciado líquido salino del interior del océano contenido en el botellón gris. Eso si que es un buen botellón (20 litros na menos).
FASE 2: A ESPERAR. Estas son las muestras para salinidad, aunque aun no están listas para ser analizadas, deben estar 24 horas en el laboratorio a temperatura controlada antes de ser “chupadas”. Fijaos en los cierres, son como “botellines” de gaseosa, pero entre todas hacen un gran “botellón”.
FASE 3: A CHUPAR!! Gabi analizando la salinidad, es que es muy salao el hombre!!
Está metido en galeras todo el día el pobre hombre, por eso no ha salido hasta ahora en el blog
Pero sí que está embarcado, se confirma.
Fase 4: A COMPROBAR. Los datos del salinómetro se comparan con los de la gráfica azul, que es la salinidad que marca el sensor de conductividad del CTD (en el argot el queteden) y permiten calibrarlo, porque a veces se va de madre (no muchas eh!). La gráfica roja es la temperatura, la verde la fluorescencia y la amarilla el oxígeno disuelto, pero de todo eso hablaremos otro día, no me atosiguéis.
Fijaos que en función de la profundidad, la zona superficial del Atlántico Norte es más salina y en el fondo es menos salina, pero desde la superficie al fondo hay zonas donde alcanza máximos y mínimos, esas zonas son muy interesantes de estudiar porque marcan agua que procede de diferentes zonas del mundo muy lejanas (Antártida, Ártico...) y se puede conocer su procedencia precisamente por la salinidad, o eso creo que fue lo que me enseñó Fiz...
Bueno, mañana más!!
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