MI PRIMERA VEZ (VERO)

Aprender que no te vale de nada poner una lavadora el día de antes de una estación, que no hay manera de evitar mancharte con el fango o que cuando estás aliviada después de pegar 1000 etiquetas te das cuenta de que aún hay que llenar esas bolsas.

De eso todos nos dimos cuenta una vez ya metidos de cabeza en la campaña. Todo lo que nos podrían haber dicho, avisado o aterrorizado se queda corto. Quizás estoy exagerando un poco, pero es verdad que hay que currar, aunque también tenemos nuestros momentos de relax!

Como en casi todas las primeras veces, la idea de estar 20 días en el barco perdidos en el medio del Océano Atlántico me asustaba y me gustaba por igual. Pero ahora que ya estamos acabando, se me va a hacer extraño volver a tierra y dejar de notar el balanceo, las reuniones en el hangar y las noches despejadas de luna llena.

No intento parecer sensible ni nada (resulta que por aquí dicen que soy de hielo), pero espero poder tener otra oportunidad como esta en el futuro.